jueves, 4 de marzo de 2010

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Deportes | Violencia que asusta

La gente no aguanta más tanta interna con tiros y heridos


Los incidentes en la estación pegaron fuerte en Quilmes: menos gente, mucho miedo y paranoia generalizada. Y una pregunta que se multiplicó: ¿Hasta cuándo?

Los incidentes en la estaci�n pegaron fuerte en Quilmes: menos gente, mucho miedo y paranoia generalizada. Y una pregunta que se multiplic�: �Hasta cu�ndo?

Un herido de bala en plena tribuna cuando Estudiantes jugó la Semifinal de la Copa. La muerte de un pibe en Berisso en agosto de 2009 que salpicó a Fabián Gianotta, por ese entonces líder de la barra. “Los Leales” quisieron copar la parada con Omar Alonso al frente. En Mendoza, el “Hache” fue apuñalado en la previa del partido contra Godoy Cruz. Semanas después, atacaron a Adrián “Gato” Sosio en un barrio periférico de La Plata. En febrero, un grupo ingresó al predio del country para “apretar” a los jugadores. La semana pasada, un joven de 19 años fue herido de bala en 127 y 34, aparentemente por una devolución de gentilezas de otro episodio que días atrás había dejado en el hospital a un menor (en 118 y 522).

La interna de la barra brava del Pincha, que ayer escribió el capítulo más sangriento, con un herido gravísimo incluido (ver Trama Urbana) ya no se soporta más. Ni dirigentes, ni jugadores, ni policías pueden ponerle freno. Llegó la hora de que la Justicia tome cartas en el asunto para acabar con tanta impunidad, que a esta altura está atormentado a los verdaderos hinchas, que nada saben de tráfico de drogas, venta de entradas, manejo de estacionamientos y “favores” de jugadores.

Por lo pronto, quedó en claro que las secuelas del enfrentamiento tuvieron eco en Quilmes. Mucha gente (en su mayoría familias) prefirieron no viajar para evitar pasar malos momentos, alertados de lo que había ocurrido por la tarde en la estación de trenes. La cancha tuvo un marco no acorde con el presente del club y diferente al que suele mostrar cada fecha que el Pincha es local.

Es más, fue tanta la paranoia que varios colectivos, combis y autos particulares que decididamente se trasladaron por el Camino Centenario y por el viejo camino a Buenos Aires (Calchaquí), para escaparse de alguna posible réplica y de los rigurosos cacheos policiales que se realizaron.

En Quilmes, los dirigentes no se escaparon del tema y mostraron su preocupación y fastidio. Afirmaron a los cuatro vientos que harán lo posible para que se vayan del club. Es verdad que mucho no pueden hacer, si tenemos en cuenta que la mayoría de sus pares argentinos generalmente miran para otro lado cuando de internas de barras se trata.

La violencia está a la vista. Lo saben las fuerzas de seguridad, en Tribunales y en cada club. ¿No será momento de hacerse cargo?


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